domingo, 4 de noviembre de 2012

Ser lo que nunca quisiste ser

  Siempre estás igual. Sentada, quieta, sin que nadie pueda acercarse a ti. Un muro invisible que separa nuestros cuerpos como si fueras de otro planeta, como si vagarás eternamente por el espacio más oscuro, acompañada del flash de una cámara de fotos y una sonata de Beethoven, con esa mirada que despoja todo ser de su propio yo interior, desnudando a cualquiera que ose plantarte cara, leyendo los sentimientos que queda a flor de piel y los pensamientos que vagan por el limbo de las ideas. Piensas en blanco y a la vez lo ves todo negro, miras al pasado sin arrepentirte de nada y visualizas el futuro entre sonrisas traviesas y voces de silencio. Transmites calma y atormentas con tu presencia, das valor y acobardas pasos al frente, tomas impulso para saltar y llegar más lejos que los demás, perdiéndote en la espesura de la niebla densa que te acompaña allá adonde vas. Vuelas más alto que nadie sin mirar abajo y nunca esperas para llegar tarde. Eres el cúmulo de cosas que se acumula en un trastero desordenado y viejo, eres el amor vacío y las notas perdidas de una partitura quemada por los rayos del Sol. Abandonas a quien más quieres y encuentras lo que habías perdido por el camino. Quiebras promesas y juramentos para ver llorar a los fuertes, enseñas a morir antes de que la vida se escurra entre los dedos de las manos y te alzas imponente por encima de los demás seres vivos del planeta.

  Eres la pequeña criatura que se desliza entre las sábanas, que sale a flote con cada estrella que se vislumbra, la que abre ventanas y rompe barreras inexistentes. Eres el punto de unión de lo normal, lo diferente y lo especial, el centro de todo motor para entender cada cosa que nos rodea. Eres el nexo entre el todo y la nada, donde confluye todas las felicidades juntas, donde nacen y mueren todas las cosas. Y tú, que tanto acoges y tanto abrazas, te quedas vacía, seca y demasiado cansada como para levantarte y caminar, vuelves tu cama, entre mantas y sueños, abrazando a tu almohada y esperando a que el Sol se desperece de nuevo para empezar una vez más con tu bonita rutina.




Foto de Anabel RC


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